Un día me di cuenta de cómo era el mundo: Terrible y hostíl.
Y me inventé un cuento.
Un día me preguntaron cómo era mi vida, y no fui capaz de responder.
Entonces, me inventé un cuento.

[ Distorsión de la realidad ]

Cuento

Filed Under () by Rhea on jueves, 29 de enero de 2009

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Maulla y te escucharé...


Es como intentar encontrar un camino en la encrucijada de El Gato Risón, en Wonderland, en El País de las Maravillas. Hay miles de caminos y por desgracia, solo siento que se ríen de mí.
-¿Sabes?, ahora estoy aquí pero un día estaré al otro lado de este bosque y seré yo quien me ría de tí- respondo, con mi voz mezclada con un innegable orgullo y matices de altivez.
-Puedes intentarlo, te estaré esperando al otro lado- y tras esto, suelta su habitual y, bajo mi opinión, muy estremecedora carcajada felina.
Si supiera que el bello de la nuca se me eriza cada vez que le veo sonreír, se reiría aún más y eso terminaría por volverme loca. Esa voz penetra en mis oídos y me hace tener ganas de gritar, pero siempre callo y le miro de reojo con mi cuerpo a un paso de echar a correr por cualquiera de los miles de caminos y flechas de neones que hay.
Cualquiera es bueno en este momento, claro que más tarde posiblemente me arrepienta. Asique voy a optar por enfrentar a este "Mal de Muerte" y mirar directamente a los ojos amarillos del gato. Ufff... que frío. Creo que voy a hacer un pacto con la Reina de Corazones. Ella es más simple y tiene mi misma alma oscura, bueno, la suya es un pelín más oscura y me hace reir. No es gorda como la pintan, muy al contrario podría pasar por una Diva pero la envidia es malsana y los rumores llegan a ser muy crueles. La pobre Reina de Corazones está cabreada y me va a ser fácil llegar hasta ella.
-Hasta luego, Risón.
-Terminarás volviendo aqui, jovencita.
-Ya. No me esperes despierto.
-... Todos terminais volviendo, todos esperais encontrar bondad en el fondo de vuestra alma. Encontrar bien y por eso volveis aqui. Este será tu pequeño purgatorio personal, "alma errante y oscura"- Me contesta sin yo pedirlo, sin querer escucharlo siquiera con rentintín en sus últimas palabras. Así es como yo describo mi parte inmortal y el dichoso gato lo sabe. Lo sabe todo, y es lo que más me molesta. También me molesta que sepa que busco una luz de bien en mi interior y que no la encuentro. Definitivamente, me voy a buscar a mi Reina. ¡Reina, espérame, juego contigo al criquet!
He... ¿he dicho que hace frío?

Si el cielo calla
y la tierra ignora...
No puedo mirar
sin querer llorar.
Pero no soy humano
y mis lágrimas de sangre
solo queman mi carne
y me dicen:
"¡Oh vamos, que estúpido!"