Vamos a ver, cosa rara en mí pero estoy escuchando música. Oh, si, claro, en este mundo melómano, donde nadie puede sobrevivir sin música, donde siempre se ha alabado, respetado y admirado a los músicos, donde parece que esos acordes, esas voces, esos sonidos inciden directamente en nuestras almas... Todo el mundo escucha música. Ya sea esos pocos -o muchos- que escuchan Clásica, o Instrumental, o cualquier otra cosa que se pueda escuchar. Escuchan, porque les gusta. Dicen que la música aplaca a las bestias, ¿no? Alomejor por eso los humanos lo escuchan, por que son bestias.
Tengo algunas peculiaridades; Hablar de las mujeres como si yo no lo fuera, llevar mochila en vez de bolso y no soportar la música casi siempre.
Normalmente suelo estar en silencio, con la voz de mi cabeza martilleando como si fuese la propia BSO de mi vida, asique ¿para que quiero música? siempre tuve suficiente con mis historias...
Pero ahoral a estoy escuchando. De hecho, la canción que tengo puesta es La rosa de los vientos de El mago de Oz. Llevo escuchándola desde ayer, una y otra vez, una y otra vez... casi sin parar, sin darme un respiro... Y si te sientes perdido, con tus ojos no has de ver hazlo con los de tu alma y encontrarás la calma, tu Rosa de los vientos seré... Sigue, sigue, sigue... Es la única canción en mi reproductor de Windows Media Player. Ahora mismo no odio la música, ahora mismo no odio La rosa de los vientos, ahora mismo no... Ahora mismo, quizá sea un poco humana y me deje arrastrar por esa pasión que llaman Música. Me mece en sus notas... Me mece como un ser doblegado, como un ente encadenado a algo terrenal...
En fin, la música, esa cosa que me irrita demasiadas veces como para que pueda llegar a amarla.
¡Oh! Yo te enseñaré a vencer a tu enemigo que no son los demás eres tú, eres tú... Que frase más sabia. También es del Mago, la canción de Atrapasueños. Vale, de vez en cuando cambio a otra que también pueda gustarme, porque si no acabaré odiandola y se acabará su efecto balsámico.
Ayer... no, no sé cuando, el tiempo ya no es importante. Reflexioné sobre una cosa y llegué a la conclusión de que nadie podría quererme porque yo tampoco podría querer a nadie. No es un lamento, es una reflexión, una verdad interior. Y no es por que yo quiera, ni porque lo haya decidido así. Soy como un reflejo absoluto de decisiones anteriores, de momentos antiguos que han hecho ahora lo que soy. Que todo lo que vivido anteriormente han repercutido directamente sobre mi presente. Dicen que somos el pasado, y es absolutamente cierto. Pero no me quiero desviar, ese desapego. Si, muchas veces me han dicho que soy desapegada, fría -no sé donde lo ven pero...- y poco cariñosa. Mi madre, mis tutores, algunos amigos... Otros no. Otros no opinan igual, y me vez un ser cálido y caprichoso. Es cierto que soy caprichosa, pero ¿es posible que personas que están en mi vida me vean de manera distina? ¿Somos duales, entonces? Para algunos soy una especie de Rosa, para otros alomejor una bonita cala -O como me llamó una vez un amigo, y me hizo gracia, un Alelí-.
El caso es que hay algo en lo que ambos deberian coincidir... En que yo, como persona, siempre tengo un límite. Un tope, y no dejo llegar más allá. El resto queda en sombras, y ni siquiera sé si para bien o para mal.
Lo siento, pido perdón a todos. A los que están a las puertas, los que intentaron sobrepasarlas, de los que me cansé.
Perdón a todos.
Hoy soy humana... hoy la música me acompaña.-
Un día me di cuenta de cómo era el mundo: Terrible y hostíl.
Y me inventé un cuento.
Un día me preguntaron cómo era mi vida, y no fui capaz de responder.
Entonces, me inventé un cuento.
[ Distorsión de la realidad ]
Y me inventé un cuento.
Un día me preguntaron cómo era mi vida, y no fui capaz de responder.
Entonces, me inventé un cuento.
[ Distorsión de la realidad ]
Curioso.
Yo no puedo compartir ese punto de vista respecto a la música. En mí causa un efecto totalmente contrario.
Música. La música. Cualquier tipo de sentimiento, porque no sólo amansa. Para mí eso es la música, un conjunto de emociones contenidas y transcritas primero en símbolos y después en sonidos. Cuando un tema transmite algo, algún tipo de sensación, de sentimiento, ya es de por sí un momento especial. La música es belleza, es cultura, es parte de los recuerdos, parte de uno mismo.
Música en directo, ahh... eso es toda una experiencia más allá de lo terrenal, lo juro.
Uh, hablando de la música me he puesto de lo más cursi. Increíble.
Y, dejando a un lado ese tema, no me creo que nadie te quiera porque tampoco tú quieres a nadie. Lo siento. Eso no puedo creérmelo.
Yo quizá no te conozco lo suficiente como para saber cómo eres realmente, pero sí es cierto que cada persona tendrá una imagen diferente de ti misma, quizá errónea, quizá no; quizá todas son válidas, quizá la solución sea un conjunto de todas esas perspectivas.
Espero que no te incomode este comentario, sabes que me encantan tus textos y a veces necesito expresar mi opinión.
Un beso.
Yo puedo vivir sin música. Quiero decir, la música está bien, me gusta y me gusta escuchar música. Pero puedo sobrevivir sin ella. Si, si puedo. Además, fui una de las últimas personas en el mundo en enterarse de que existía la palabra melanómano.
Estoy estudiando mucho para poder hacer una escapada a Madrid. ¿Tendrás tiempo? ¿Aún quieres?
Ah. Tengo una sorpresa. No es un regalo, ni nada que puedas "quedarte" (o sí) pero no se si te gustará.
Todo. Casi.